NANOTECNOLOGÍA O EL ARTE DE LO PEQUEÑO
Por (Alan Miqueas Garcia)


La nanotecnología alumbra una nueva ciencia que irrumpe en el campo de la medicina cargada de futuro. Se basa en la creación de ordenadores microscópicos capaces de rastrear los rincones más recónditos del organismo. Su objetivo inmediato es reparar lesiones, ya sean producidas por enfermedad, accidentes o envejecimiento, pero también combatir virus y bacterias o destruir células cancerosas. Aunque todavía en pañales, la nanotecnología se perfila como una poderosa herramienta de futuro. Se trata de una nueva ciencia que cultiva el arte de lo pequeño, dando vida a microscópicos médicos capaces de adentrarse en el interior de una célula para diagnosticar o atajar un mal.
La nanotecnología hace su entrada en escena cuando los científicos consiguen visualizar y manipular los átomos. En los albores del siglo XX, los átomos eran más bien una formulación teórica. Aunque existían pruebas rotundas de su existencia, no había forma de verlos.
De lo micro a lo nano En este viaje hacia lo minúsculo, la microelectrónica ha protagonizado la revolución en los últimos veinte años. Gracias a ella se han desarrollado sofisticados artilugios que han permitido a los investigadores trabajar en lo más recóndito. Entre ellos, destaca el microscopio de efecto túnel, con el que se está experimentando para incorporarlo a usos médicos.

Pero los científicos auguran que en las próximas dos décadas se producirá el gran salto de lo micro a lo nano. La tecnología que ha hecho posible el chip de silicio, la capacidad para construir aparatos menores en tamaño de 100 nanómetros y los potentes microscopios disponibles está haciendo posible esta revolución biomédica. De entre los aparatos electrónicos construidos hasta el momento, el más pequeño no llega a los 10 nanómetros. Dentro del mundo de la informática, el chip que ostenta el récord en el mercado ronda los 200 nanómetros.
Médicos en pequeño El nanómetro se define como la milmillonésima parte de un metro, mientras que el diámetro de un átomo mide la cuarta parte de un nanómetro. Los nanotecnólogos se desenvuelven como pez en el agua en escalas tan diminutas. Incluso han conseguido moverse, cambiar de lugar y construir ingenios con ellos. Precisamente, son átomos la materia prima que emplean para fabricar mini-máquinas inteligentes que sólo se hacen visibles ante superpotentes microscópios.
El cuerpo humano está formado por átomos y moléculas que pueden desorganizarse con el paso del tiempo, la acción de virus y bacterias o a causa de un accidente. La nanotecnología acude en auxilio de la medicina y en un futuro no muy lejano posibilitará su reorganización con el fin de paliar el deterioro.
Un futuro prometedor Hasta el momento, la cirugía más puntera no consigue llegar a nivel celular, pero la nanotecnología ofrece revolucionarias posibilidades. Sus artefactos moleculares están dirigidos por nanoordenadores y a través de sensores, programas y artilugios moleculares serán capaces de examinar y reparar células. Estos minúsculos médicos robots entrarán por el torrente sanguíneo para rastrear el organismo a la caza de averías con tamaños similares al de las bacterias y virus. Y tras el meticuloso reconocimiento, procederá a la reparación celular.
El tratamiento para combatir virus y bacterias consistirá en la introducción por inyección de una dosis terapéutica de nanorobots suspendidos en un fluido. Estos artefactos seguirán al pie de la letra las órdenes del médico, que a su vez podrá realizar un seguimiento completo de todo el proceso y desconectar sus nanomáquinas en caso de un comportamiento no apropiado. Determinados síntomas como picores o fiebre responden a causas bioquímicas específicas que podrán ser interceptadas y eliminadas mediante la introducción de los nanorobots adecuados.


Fuente: http://www.mundogar.com/